Estos días estuve terminando cosas a las que le faltaban cinco para el peso, como dice el dicho.
Por ejemplo, a mis búhos sólo le faltaban los ojos. Los tenía todo tejido desde hace dos meses más o menos. La verdad, una vergüenza.
Por otro lado, la camperita de mi chico que lleva aún más tiempo en el cajón, a la espera de las costuras y el cierre. Más vergüenza aún.
Tendré que curarme de este vicio de dejar las cosas sin terminar. No me gusta mucho coser, entonces lo dejo para mañana. Y mañana lo dejo para pasado. Pero ahora me puse las pilas para terminar todo lo que pueda porque me quiero meter en algo nuevo!